A la hora de elegir una lámpara es muy importante conocer la temperatura de color, ¿Que qué es la temperatura de color? a continuación te explicamos qué es y como elegir la más adecuada para tu entorno.
La temperatura de color se mide en grados Kelvin y hace referencia a las distintas tonalidades que puede tener la luz. Existen varios tipos de luz en función a su temperatura:
Luz cálida: Es una luz amarilla con una temperatura de color por debajo de los 3.300K. Se asocian a la luz del sol y el fuego.
Luz día o neutra: Entre los 3.300K y los 5.000
Luz fría: La mayoría de los tubos fluorescentes están a 6.500K, pero el rango va entre 5.000K a 6.500K. Es una luz más blanca.


¿Qué temperatura es la más adecuada para cada estancia?
La luz cálida nos brinda sensaciones de bienestar, nos ayuda a relajarnos, por eso es recomendable utilizar este tipo de luz en ambientes pensados para descansar (como son el dormirorio o sala de estar). También funciona muy bien en halls y exposiciones de joyas. Con esta luz resaltamos los tonos marrones del mobiliario.
La luz fría, estimula nuestras sentidos, nos mantiene alerta y despiertos. Se recomienda en oficinas, despachos, zonas de estudio, etc. En definitiva, se recomienda su uso en lugares donde se vaya a hacer una actividad que requiera que estemos espabilados. Con esta luz resaltamos los colores verdes y azules.
Finalmente, la luz neutra se utiliza en ambientes relajados pero con un toque más activo y actual.
La luz siempre ha de ser suave, así evitaremos deslumbramientos o falta de luz en algunos puntos. Si buscamos iluminar un área grande de trabajo es preferible utilizar puntos individuales de luz que nos permiten ahorrar energía manteniendo el confort.